quarta-feira, 6 de janeiro de 2010

El vuelo para Madrid

Salimos de Sao Paulo con atraso de media hora. Senté en la ultima fila del avión. Yo, un señor japonés y otro negro. No sé por que, pero creo que la atendente de la compañia intentó ailsar los diferentes. Bien, aquí se planta...

La última fila se quedaba al lado de las casas de baño y delante de la cocina. Así, por todo el viaje, si no habia ruído de la descarga, eron los platos y vasos en la cocina. A propósito, nunca he visto tripulaciín más feliz: sonserian a todo momento, siendo, incluso, inconvenientes.

El fondo del avión también balanceaba mucho, lo que me dejó mareada y con poco de dolor de cabeza.

En ese vuelo tuviemos dos comidas: la cena, que se quedaba buena con arroz amarillo y pedazos de alcatra al remojo. Torta de coco rallado cubierta de crema. Pane con mantequilla.

Después de las tres y media, cuando pensé que dormiría un poco, la tripulación empezó a preparar el desayuno: tortilla (¡fría!), salsichón y un pane con frutos secos (muy parecido con los caracoles hungaros que mi madre hace). También tenía zumos y ensalada de frutas. No tuve estómago para la tortilla ní para el salsichón...